viernes, 9 de enero de 2009

BREVIARIOS FALACES


¡Buen domingo, querido lector! Se ha dicho, con una gran dosis de verdad, que lo bueno, si es breve, es doblemente bueno. En torno a esta idea matriz, usted y yo hemos escuchado kilómetros de oraciones tejidas con más o con menos palabras. Ahora mismo, tengo a la vista un librito en dieciseisavo, es decir, más pequeño que un libro “para bolsillo”. Su título: Sobre la Sabiduría. Su autor: H. Jackson Brown, Jr. Su colección: El Pequeño Libro-Tesoro para la Vida. En la contraportada de su camisa anuncia “otros títulos de la serie”: Sobre la Alegría, Sobre el Éxito, Sobre el matrimonio y la familia.

Oradores clásicos, grandes maestros, ilustres filósofos, distinguidos políticos han promovido y elogiado la brevedad como norma de elegancia, muestra de inteligencia y señal de claridad de pensamiento. Si sus múltiples méritos son indiscutibles, más indiscutible es el mérito de quien logra abreviar algunas gotas de sabiduría que no son más que muestras de coherencia social, política, económica, etc. que todo ser humano debería seguir para evitarse problemas y, por ende, disfrutar mejor de la vida, esto es, adaptarse. Lástima grande será siempre el que en este siglo de la tecnología tengamos confusiones graves. Escuche usted algunas de las frases que he recogido del librito dedicado a “la sabiduría”: NUNCA TOMES LO QUE NO PUEDAS USAR. Vamos a ver, querido lector, ¿usted tomaría por ociosidad (no hay otra razón, excepto la delincuencia) algo que no pudiera usar? Creo que sólo lo haría alguien con cierto desorden mental y, en todo caso, no creo que ese alguien tuviera el menor interés en el tal librito. Veamos otra frase: NO ANDES BUSCANDO PROBLEMAS. Como no sea un “consejo” destinado a un adolescente camorrista, no sé a quién vaya dirigida tal sentencia. Y otra más, indudablemente alarmante: PONTE DE PIE EN POSICIÓN DE "FIRMES" CUANDO ESCUCHES EL HIMNO NACIONAL. ¿No es éste un deber ciudadano?, ¿cuál es su relación con la sabiduría?
.
Pero veamos esto de otra manera: ¿no cree usted que las frases citadas, modelo de las ciento sesenta y cuatro que presenta el librito, pueden resumirse en las normas clásicas de conducta: sé respetuoso, sé coherente, etc.? ¿Por qué necesitamos que alguien nos ofrezca en un estuche breve (breve en el formato) las normas que deberían ser el eje de nuestra vida desde que empezamos a participar de las relaciones humanas?
.
En el caso del librito dedicado a “la alegría”, estas órdenes me producen cierta intranquilidad, y espero su opinión: USA ROPA INTERIOR ATREVIDA CON TU ATUENDO PARA TRABAJAR MÁS CONSERVADOR. Y qué me dice de esta otra “joya”: CÓMPRATE UN SOMBRERO VAQUERO.

Permítame, querido lector, abundar en algunos datos. El pie de imprenta del librito dedicado a “la alegría” dice: EDIVISIÓN. En su página legal informa: grupo Editorial Diana. Primera edición, junio de 1995. Quinta impresión, 1997. Título original Life’s little treasure book. Estos datos nos informan que en el lapso de dos años ha habido cinco reimpresiones. Si suponemos un tiraje convencional de dos mil ejemplares, tendríamos, ahora mismo, diez mil volúmenes en circulación. El destinado a la sabiduría dice: primera edición, junio de 1995. Sexta impresión, agosto de 1997. En este caso contaríamos, en dos años, doce mil ejemplares en el mercado.
.
¿Y qué significado tiene este hecho? Me parece que sólo uno: nuestra creciente elementalidad nos está generando la incapacidad de comprender el mundo, situación que, a su vez, ha creado la necesidad de escuchar obviedades para poder integrarnos a la sociedad. Deduzco, sólo deduzco por el nombre del autor, que se trata de alguien de nacionalidad norteamericana, y bien sabemos que por aquellas “áridas regiones de la América del Norte”, en efecto, existen algunas arideces y no es extraño tocar los extremos de la simpleza. Sin embargo, me preocupa que estos ejemplos editoriales sean de consumo nacional y que sean considerados como “joyas del pensamiento” por personas cuyas supuesta cultura les permitiría tener otro nivel de lecturas. O ¿qué cree usted?, ¿tendremos que empezar por definir qué es lo que entendemos por sabiduría, por joya, por pensamiento? ¿Será necesario deslindar los conceptos cívicos de los morales y de los que competen estrictamente a la urbanidad?, ¿a ese estadio hemos llegado? ¿No cree usted que esto ya es muy grave?
.
¿Pero me leerá el próximo domingo? Gracias. Lo espero siempre.

anaelenadiazalejo@prodigy.net.mx
(columna publicada el 14 de diciembre de 2008)

No hay comentarios: